El rencor es detestable y el vengativo sufrirá su propia venganza, es mejor perdonar las ofensas del prójimo, así cuando oremos también serán perdonados nuestros pecados "perdona señor nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". No nos abandonemos a la tristeza ni nos atormentemos con nuestros pensamientos. La alegría de corazón es vida y la felicidad alarga nuestra existencia. Ama tu alma y consuela tu corazón, apartémonos de la tristeza del desencanto, pues ha perdido a muchos y no se saca de ella ningún provecho. Que nuestro corazón brille radiante así tendrá buen apetito y aprovechará todo lo que come.
domingo, 11 de julio de 2010
NO A LA TRISTEZA DEL DESENCANTO
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